-De entre todos los presentes, sólo una espectadora permanece sentada en su butaca, posando sus verdes orbes en aquella peculiar figura que se encontraba en medio de el enorme escenario- Bienvenido sea, Youma de Mefistofeles. Lamento el hecho de no poderle dar una efusiva bienvenida por obvias razones. -Me levanto de aquel asiento y emprendo mi ida y dando mi espalda hablo- Nos veemos en la guerra Santa, Sr. Youma - Al pronunciar lo último, se dibuja una casi imperceptible sonrisa mientras mi silueta se difimuna en la oscuridad.